Monday, March 19, 2018

Sobre personajes "fuertes"...


¿Qué significa ser fuerte? He estado pensando en esa extraña ¿virtud? que es la fuerza. Digo “virtud” porque parece ser muy bien vista por nuestra sociedad: en todas partes se pondera como algo deseable el que un niño sea “fuerte”, que una economía sea “fuerte”, que un carácter sea “fuerte”, que un sistema político sea “fuerte”, que uno coma y haga ejercicios para estar “fuerte”, etc. De hecho, se le une al concepto de poder: un hombre poderoso es un hombre fuerte, un país poderoso es un país fuerte, un argumento poderoso es un argumento fuerte, etc. Y más recientemente, con las marchas y manifestaciones en pro de la igualdad femenina y de la defensa de los derechos fundamentales de las mujeres, también se habla de la necesidad de que las mujeres no seamos vistas como un sexo “débil”, antes bien, que seamos mujeres “fuertes”, “empoderadas”, si se quiere, “poderosas”.

Pero entonces, ¿qué es la fuerza? ¿Y por qué se la ve de tan buen modo? Según el Diccionario de la Real Academia, nuestro referente de autoridad en cuanto al significado de las palabras en español, la fuerza es un concepto muy positivo: tiene que ver con el vigor, con la resistencia, con la autoridad, ciertamente con el poder, con la parte más importante de algo, y así. Solo tiene un lado oscuro: fuerza también es la capacidad para hacer que otra persona actúe de una manera u otra o diga que sí a algo, aunque no lo quiera. O sea, es obvio que de fuerza viene forzar. Pero esa es solo una de muchas acepciones muy positivas y, después de todo, forzar no siempre es negativo: muchas veces necesitamos forzar las cosas para que lo bueno se vea cumplido.

Entonces, ser fuerte es una maravilla. Y se entiende que muchos deseen que las mujeres, en vez de que sean consideradas “débiles por naturaleza", seamos fuertes. Pero el diccionario no aclara de qué modo puede uno serlo. Y aquí regreso a mi pregunta inicial. ¿Qué significa ser fuerte?

Echando una mirada por diversas películas que inundan nuestras salas de cine y se reputan por contener personajes “fuertes”, descubro que, según el tipo de película, éstos casi siempre se representan de la misma forma: en los filmes de acción, es la gente que puede golpear con los puños, lanzar patadas (pues tiene muy buena y desarrollada musculatura), disparar con fiereza o con increíble frialdad y una excelente puntería y, sobre todo, que comanda a otros de manera (casi) irresistible. En los filmes dramáticos o con tintes trágicos el personaje fuerte suele ser el que más resiste, el que más aguanta, el que más discute, el que mantiene sus puntos de vista hasta el final, el más leal, el líder o el rebelde. Y muchas veces muere, por cierto. Además, en ambos tipos de película, nunca un personaje fuerte muestra sentimentalismos. Si llora, lo hace de rabia. En otras películas, como las románticas, no parece haber mucho interés en mostrar “fuerza”, ni tampoco suele ser el caso de las comedias, donde el objetivo es más bien reírse del tonto.

¿Se percibe un patrón? En los personajes fílmicos (y para los efectos, también los televisivos), la fuerza estriba en tres ejes: poderío muscular y habilidad física, voluntad dominante y sentido de la autoridad. En otras palabras, la fuerza de las narraciones audiovisuales suele estar ligada a rasgos que han sido vistos tradicionalmente como “masculinos”. 

Sí, masculinos. Rasgos masculinos. Porque los rasgos “femeninos” son asociados a la delicadeza, la ternura, la belleza contemplativa, la suavidad y, por tanto, la sumisión. La mujer no es llamada el sexo “débil” por casualidad: se asume, de manera general, que una mujer “femenina” es todo lo contrario a la persona “fuerte” descrita más arriba. Y si no me creen, ¿cómo suelen ser representadas las mujeres “fuertes” en el cine? Ajá: son atléticas, hábiles luchadoras, con puntería de miedo, de carácter dominante y agresivo, y se imponen por la fuerza, aunque sea con magia. Poseen todos los rasgos “masculinos” adecuados, porque si no los presentan así, si por un atrevimiento inconcebible, la chica en cuestión se le ocurre ser tierna o delicada o llorar de tristeza, ¡ah! ¡Esa no es una mujer fuerte!

Pero… ¿es necesario que así sea? ¿Quién dice que ser agresivo y dominante es automáticamente ser fuerte? ¿Y si la agresividad y la imposición esconden a un ser asustado y frágil? ¿Y si la habilidad extraordinaria y el poderío muscular encierran un alma sumisa? ¿Es posible?

En el mundo real es más que posible: es perfectamente visible. Las personas fuertes, en el mundo real, se encuentran en todos los ámbitos, actuando de mil maneras, sosteniéndose de muchas otras. De hecho, las mujeres fuertes no necesariamente se destacan por ser agresivas y mandonas. Y los hombres fuertes, tampoco. La fuerza en la vida real se manifiesta de muchas maneras, algunas más sutiles que otras, que no tienen que ver con poderío muscular o habilidades asombrosas: tienen más que ver con la entereza moral y de carácter de estas personas, tienen que ver más con la solidez de sus decisiones, la consistencia de sus lealtades y la determinación de sus metas. Una mujer fuerte en la realidad muchas veces ni siquiera sabe dar una patada o disparar un arma, pero se defiende de una agresión o se enfrenta a una adversidad. Y puede que no se dé cuenta de su fuerza hasta después de muchos sinsabores y debilidades. Porque la debilidad también es parte del ser humano, sin importar su género.

¿Qué sucede en la literatura? ¿Son los personajes fuertes representados de la misma forma que en los filmes? Quisiera creer que no, que son mucho más ricos y variados, pero me temo que en muchos casos, así son: hombres dominantes y agresivos, mujeres delicadas y sumisas, o bien, mujeres “fuertes” que se comportan dominantes y agresivas como ellos. Y de otras fuerzas, ni la sombra.

Pensemos por un momento en las cualidades de un personaje fuerte antes de considerarlo así porque sabe dar buenas patadas. Imaginemos un mundo literario y fílmico donde la fuerza se encuentre de forma más sutil y profunda y donde el personaje fuerte pueda ser, de vez en cuando, vulnerable también. Como nosotros.  


P.D. En Señora del tiempo, es indudable que existen varios personajes fuertes. Ninguno se inclina por dar patadas ni por ser especialmente dramático, pero creo que, si se fijan bien, algunos sí gustan de discutir bastante... =)

Wednesday, February 28, 2018

Entre realidad y no-realidad...


Recuerdo bien cuando Una sombra en el hielo salió a la luz, allá por el año 1995 (ECR), en una época en que en Costa Rica no se hablaba de ciencia ficción propia y quizá tampoco extraña. En aquel entonces no tenía idea de que estuviera saliéndome de un esquema tradicional de escritura costarricense, pues ignoraba todo sobre la ciencia ficción que aquí se escribía, si habría habido o si no: mi interés era contar mi historia y mi entusiasmo se enfocaba en que dicha historia había sido no solo publicada, sino incluso, ¡hasta ganado un premio!

Pero en realidad, Una sombra en el hielo era un bicho raro en medio de un universo de historias realistas, dirigidas a representar problemas o situaciones de una Costa Rica presente o pasada, pero con visos de realidad. Mi novelita se escapaba  de aquella tradición no sólo por el escenario físico (ocurría en una base polar, allá en el Ártico), sino también por el tiempo (los hechos se daban en 2195) y por los personajes (ningún tico). La mayoría de las historias que me rodeaban, en cambio, contaban tramas desarrolladas en suelo nacional, con personajes nacionales, envueltos en problemas o conflictos nacionales, de larga data o de reciente aparición. Cualquier historia desarrollada en otras tierras, solía ser extranjera; y cualquier historia ambientada en un futuro distante, había sido escrita por algún autor anglosajón para entretenimiento de las masas.

En cierta forma, creo mi historia no causó tanta extrañeza como podría haber causado. Después de todo, Una sombra en el hielo había ganado el Premio Joven Creación de la Editorial Costa Rica, el cual, tal como su nombre lo indica, se dedica a impulsar a los escritores jóvenes, y como la ciencia ficción había sido asociada tradicionalmente a las mentes juveniles, quizá no vieron como raro el que una novelita escrita por una chica veinteañera fuera precisamente de ese género.

Con el tiempo, me di cuenta de que, en realidad, estaba rodeada de un mar de prejuicios hacia la ciencia ficción y de que el jurado, afortunadamente, había pasado por alto esos prejuicios para premiar mi novela. En aquel entonces, era muy fuerte la idea de que la ciencia ficción era “solo” un género “juvenil” (en lo que sutilmente se nos tachaba a los jóvenes de “simples”, “superficiales”, “poco serios”), que “solo” escribían los “extranjeros” (pues los grandes nombres de la ciencia ficción eran todos norteamericanos o británicos) para “entretener” sin profundidades ni reflexiones. Que apenas se diferenciaba de los cuentos infantiles donde reinaban los dragones, los magos o brujos y los seres extraños: esos terrenos de la fantasía, tan propios de los “niños”. Para el sentido común de la época, la fantasía y la ciencia ficción no eran más que caras de una misma moneda de evasiones: el entretenimiento preferido de mentes no entrenadas, ingenuas incluso.

Lo sorprendente había sido, entonces, que Una sombra en el hielo hubiera sido apreciada en un premio importante, que brillara con luz propia y que se atreviera a indagar literariamente en un mundo que solo debía haber estado reservado para las historias “serias”. Bien pensado, fue una situación inusual.

Mucha agua ha corrido bajo el puente desde entonces. No creí entonces semejantes nociones y menos las creo ahora, ya consciente de que la fantasía y la ciencia ficción no sólo son géneros literarios que ofrecen textos de alto contenido artístico y humano, sino que son complejos: no están hechos para mentes “simples” (¡ni siquiera los denostados cuentos de hadas lo están!). Tampoco fueron concebidos para evadir realidades, sino para todo lo contrario: para hacernos ver la realidad de frente.

Cuando escribí Señora del tiempo, casi veinte años después de Una sombra en el hielo, era una escritora mucho más consciente de los prejuicios y falsas ideas en torno al género que había aprendido a amar y cultivar, pero al mismo tiempo, sabía que no tenía por qué considerar que mi historia sería “evasiva”, “superficial” o “simple”. Quería un relato de una realidad: el peligro de los sismos en Costa Rica. Y de otras realidades problemáticas: los prejuicios que echan para atrás el progreso científico o, peor aún, la aplicación de sus descubrimientos; la existencia de personas diferentes que, no por se diferentes, son malas o despreciables, pero que son vistas como tales; la persistencia de un (mal) apego a lo antiguo solo porque es antiguo; y otras muchas más, que son corrientes en nuestro país y en otros muchos. No era mi intención evadirme de ningún entorno, tal como no lo fue cuando escribí Una sombra en el hielo.

Una sombra en el hielo quería contar la historia de una mujer que se destacó por la ciencia. Era mi manera de decir: la ciencia no tiene género. Señora del tiempo, a su vez, quería contar que la realidad no es solo lo que vemos, sino también lo que no vemos; no es solo lo que pensamos que debe ser, sino también lo que quizá no nos imaginamos, y que, si somos capaces de reconocer que existe, podemos beneficiarnos y mucho. Ninguna de las dos historias cuenta algo que sea ajeno para nosotros: son tanto o más realistas que muchas otras historias que no hablan de descubrimientos científicos o inventos tecnológicos. No son “no-realidad”, sino otra manera de verla, de sentirla, de sorprendernos por ella. Otra manera de hacer literatura.

Señora del tiempo cumplirá en 2018 cuatro años de haber visto la luz y Una sombra en el hielo alcanzará los 23, ambas hermanadas en una misma vocación: contar una historia… =)

Friday, December 29, 2017

Un variado y espléndido 2017 para Señora del tiempo


Un año más llega a su fin y de nuevo nos ubicamos en ese lugar de las reflexiones, cuando hacemos balance de cuanto hemos hecho y logrado y también de aquello que nos habría gustado alcanzar, pero que aún no llega a cumplirse. Y al mirar hacia atrás y ver el camino que Señora del tiempo ha transitado, puedo decir que me produce una gran satisfacción, pues este 2017 ha sido un buen año para el libro.

Poco a poco, paso a paso, Señora del tiempo ha ido cosechando algunas buenas reseñas en Goodreads. No es este un sitio dedicado a la literatura en español, ni mucho menos a la producida en Centroamérica. Tampoco es un sitio que suela ser visitado masivamente por los lectores de habla castellana tal como sucede con los que hablantes del inglés. Sin embargo, en los últimos años se ha ido poblando con cada vez mayor número de libros escritos en español y ganando poco a poco un lugar en los intereses y actividades de los lectores. Pensar que Señora del tiempo haya sido ubicada en Goodreads y que sin ningún poderoso mecanismo mercadotécnico y publicitario siga siendo visitada y de vez en cuando reseñada, produce un sentimiento poderoso. Ostenta unas 24 calificaciones y 7 reseñas, a lo largo de cuidadosas y atentas lecturas, y pienso que en 2018 seguirá recibiendo visitas, comentarios y reflexiones bien pensadas.


Por otro lado, este año fue el de las lecturas ante público, pues Señora del tiempo participó activamente en las sesiones del proyecto de Voces de la Prosa Nacional, que llevó a decenas de lectores costarricenses interesados en la narrativa de nuestro país a diversas sesiones de lectura, donde participábamos muchos distintos autores costarricenses. Así, Señora del tiempo estuvo en la Librería Lehmann en San José, en la Librería Internacional en San Pedro, en el Jazz Café de San Pedro, en la Biblioteca Nacional, en el Taller del Artista (en Tres Ríos) e incluso en la Feria Internacional del Libro (septiembre). Fueron sesiones cálidas, distendidas, en las que el público pudo disfrutar de nuestras lecturas y saber de nuestros libros.

Incidentalmente, el 31 de julio de este año Señora del tiempo cumplió tres años de haber sido lanzada y aún se mantiene en librerías como libro buscado y apreciado. Es reconfortante comprobar que un libro siga vigente a pesar del transcurso del tiempo y del gran número de novedades que inundan los estantes de las librerías. Señora del tiempo sigue atrayendo miradas, despertando intereses y reflexiones. ¡Bien por ella! 

Además, puedo decir que este año fue también el año en que Señora del tiempo pasó por primera vez la experiencia de la traducción. En efecto, una joven británica, especializándose en una Maestría en Traducción en la Universidad de Bath, Reino Unido, me solicitó la autorizara a utilizar a Señora del tiempo para su trabajo final de graduación. Con gusto se lo concedí y el resultado fue la traducción de varios extractos de la novela al inglés y la intensa experiencia que eso me representó. He copiado el extracto del prólogo en inglés aquí para que lo disfruten: en mi opinión, se siente genial =)

Finalmente, uno de los hitos de este año para Señora del tiempo fue su inclusión en la lista de libros recomendados del MEP para secundaria: ¡Señora del tiempo considerada dentro de los libros de lectura recomendada para nuestros jóvenes colegiales! Un honor que recibí con un gran sentimiento de gratitud. =)

Un año variado y espléndido para Señora del tiempo, que estoy convencida se repetirá este 2018 que nos aguarda a la vuelta del camino. =)

Saturday, August 26, 2017

Feria Internacional del Libro Costa Rica N°18 (2017)


Ayer viernes 25 de agosto arrancó finalmente la 18° Feria Internacional del Libro en Costa Rica. Como es habitual, se ha instalado en la Antigua Aduana y en los edificios circundantes, con algunas esporádicas actividades en la cercana Biblioteca Nacional. Este año, como los anteriores, Señora del tiempo estará presente, tanto en el stand de la Librería Internacional como en el de Uruk Editores. =)

También, como parte de las actividades programadas para esta feria (que tiene muchas y muy variadas), estaré leyendo un fragmento de Señora del tiempo en la carpa de la explanada mañana domingo 27 a las 4pm., y antes de esa hora, estaré en el stand de Uruk firmando libros por si quieren acercarse. =) ¡No falten! Va a estar muy interesante y variado.




Saturday, April 22, 2017

Reencuentro

Hace ya dos años y medio que mi novela Señora del tiempo salió a la luz pública: 31 de julio de 2014. Fecha para mí memorable, pues representaba mi regreso a las novelas publicadas y el final de un proceso que siempre se inicia con la primera idea, pero que se acaba inevitablemente con la publicación, pues es ahí cuando entregas tu historia al público lector y deja de ser un poquito tuya.

Naturalmente, es lo ideal: que tu historia llegue a ser algún día parte de la vida de otros, no que se quede a dormir el sueño de los justos en la oscuridad de algún cajón o, más modernamente, en un archivo viejo de tu computadora. La mayoría de los escritores queremos que nuestros textos sean leídos por gente real, y no solo por un Lector imaginario escondido entre sus líneas.* Y cuando eso pasa, nos sentimos alcanzados por la grata sensación de logro, de triunfo.

Pero también, al mismo tiempo, nos acomete, o al menos a mí me asalta una rara sensación de soledad: la historia se fue de mis manos, ya no me pertenece del todo, ahora es también de quienes la lean y la incorporen a sus propios pensamientos. Es un deber dejarla ir, porque así debe ser con todo proyecto o trabajo que uno emprenda, por mucho que lo ilusione y lo ame. Hay otras historias, otros proyectos y otros trabajos que seguirán a ese, y también te crearán problemas, te llenarán de dudas y, a la vez, de satisfacciones. Y asimismo, los dejarás ir...

En fin, que Señora del tiempo había salido de mis manos un 31 de julio de 2014. Había vuelto a mí, por supuesto, porque me decidí a leerla otra vez, pero ya publicada. Es una sensación espléndida, no leerla en la computadora o en las pruebas de la editorial, sino lista en su presentación final. Pero ya se había ido de mis manos como escritora.

Luego vinieron presentaciones, conversatorios y comentarios sobre ella. También llegaron las opiniones de algunos críticos, y por supuesto, las de los lectores, que a lo largo del tiempo le han dedicado horas de lectura y de pensamientos. Muchos de ellos eran inesperados, porque tocaban temas que jamás imaginé que hubiera deslizado en mi historia, pero que al final descubrí que sí los había abordado, de forma inconsciente. Otros estaban conectados a temas que yo había abordado con toda intención. Fue un periodo intenso, hermoso... pero la novela se había ido. Me dediqué a otras historias, otros personajes, otros desafíos. Proseguí con otros proyectos y otros trabajos, mientras mi Señora del tiempo seguía su propio camino.

Hasta que llegó de nuevo una oportunidad de reencontrarme con ella, siempre como lectora, y más, como vieja amante. En estos últimos meses, he participado en el proyecto Voces de la Prosa Nacional junto con otros autores costarricenses. En cada evento, cinco o seis de nosotros leemos fragmentos de nuestros textos a un público general y compartimos un momento de esparcimiento y reflexión en torno a los libros y, en cierta forma, a nosotros mismos. Ha sido en esos momentos cuando me he reencontrado con Señora del tiempo: he vuelto a pasar sus páginas, a recordar las vivencias de sus personajes y, de paso, a recordar las propias cuando la escribía o cuando estaba a punto de hacerlo. Y ha sido especial. Reconfortante, hermoso. =)

Aquí dejo un enlace a un video del evento de ayer viernes 21 de abril, en la Librería Internacional (Mall San Pedro), cuando leí unos fragmentos de Señora del tiempo. =) Hubo otros (en Librería Lehmann en San José, en el Jazz Café en San Pedro), y habrá más. Ha sido una experiencia reconfortante.

--------
*Digo la "mayoría", porque siempre hay quienes no lo desean en absoluto y no se preocupan jamás por publicar sus escritos, pero de ellos sabemos poco, como es lógico.

Wednesday, December 28, 2016

Thursday, September 8, 2016

Feria del libro 2016

¡Estamos de feria! Es un buen momento para explorar los rincones de la Aduana y la Casa del Cuño y hacerse con un baúl de tesoros para las muchas horas que aún faltan por leer. =) =)

Para quienes quieran charlar conmigo, me encontrarán el sábado a partir de las 3 de la tarde en el stand de Uruk Editores. ¡Nos vemos!